Sin City. Mierda envuelta en celofan.

Cuando leí el Comic "Sin City" pensé que de nuevo Miller había logrado una obra maestra. El empleo de los blancos y negros puros le daba un aire de dureza a la historia que no habría conseguido de otro modo. Era sencillamente perfecto. Una historia dura, violenta e impactante, con todos los elementos habituales en el autor.
Qué lejos queda esa impresión de la que me ha dado la película.

Para mi, el gran error de "Sin City", ha sido el haber hecho una transposición del material original en lugar de haber hecho una adaptación a otro medio. El blanco y negro del cómic transmite dureza y realismo sucio; todo lo contrario del blanco y negro de la película; que lo único que consigue es un resultado esteticista, mermando completamente el impacto que la violencia de la historia debe causarnos.
Para empeorarlo más, los hallazgos visuales más interesantes ya estaban en el cómic tal cual; por lo que Rodríguez se convierte en un mero copista, eso sí, con muchos medios técnicos.
El resultado visual encandila, es bonito, no lo negaré, pero no es sorprendente; otros, incluyendo a Spielberg ya habían hecho experimentos parecidos; recordemos las secuencias de "La lista de Schindler" en las que algún elemento se teñía de rojo. Así pues el toque de originalidad está en haber hecho una película en blanco y negro con toques de color; pero eso no es suficiente para mantener nuestro interés durante dos horas y cinco minutos. Tampoco voy a decir que es lo peor que he visto este verano, pero sí que es aburrida, que tanta impostura tanto en la planificación como en la actuación acaban cansando, que la película tiene un exceso de momentos cúlmen y de planos impactantes que terminan por sacarnos de la historia, por no dejarnos llevar por los giros argumentales; no nos deja abandonarnos a las violentas historias de unos personajes con los que nos es imposible identificarnos en ningún momento; porque lo que en un medio funciona no lo tiene porqué hacer en otro.
Una historia de tal violencia, con un tono que en el comic es áspero y desagradable, no podemos plantearla para el cine de otra manera que no sea mucho más realista; eso si no queremos construir simplemente un ejercicio estético sobre la violencia gratuíta; sobre las pasiones más bajas del ser humano tratadas mediante la forma y con un fondo completamente vacío.
Por otro lado la estructura del cómic es completamente diferente a la de la película. Mientras el primero se leía en forma de historias autoconclusivas e independientes, en la segunda tenemos tres historias de una tacada. Es una cuestión de dosis.
Para qué ver la película, si ya tenemos el tebeo y además es mucho mejor.