115 ACCIDENTES POR MINUTO

Según una noticia aparecida en el periódico, se producen 115 accidentes domésticos por minuto en este país. ¿será verdad? Noticias así hacen que la frase “hogar, dulce hogar” carezca de todo sentido.
No obstante no hay que asustarse. Es lo malo de las estadísticas; que ofrecen datos así, sin tener en cuenta los pequeños detalles.
Por ejemplo. La estadística se va a hacer puñetas en el caso de Adelino Fernández. Soltero. Vivía solo en un pequeño piso de alquiler (quizá demasiado pequeño) sin muchos lujos. Pues bien, este hombre, contable de profesión, se hallaba el 23 de Diciembre del año pasado cortando unas lonchas de jamón de una paleta ibérica parte de la cesta de empresa de esas navidades.
En esas estaba cuando súbitamente el cuchillo jamonero resbaló con el hueso clavándose profundamente en la mano que agarraba la pata. La herida comenzó a sangrar escandalosamente. La visión de la sangre le hizo marearse y trastabillear hacia atrás, cayendo de culo sobre la mesa baja de cristal. Un par de grandes trozos se clavaron en sus nalgas, y un montón de esquirlas se alojaron en sus muslos. Un cenicero que estaba sobre la mesa salió volando aterrizandole en plena frente. El dolor hizo que se levantara lenta y torpemente, perdiendo el equilibrio y yéndose de cabeza contra el equipo de música.
El cabezazo tuvo un doble efecto.
Por un lado el CD de “Carmina Burana” de Carl Orff comenzó a sonar a un volumen atronador dándole a la escena un carácter apocalíptico; y por el otro el efecto de retroceso hizo que Adelino cayese de nuevo hacia atrás; casi sin tiempo para darse la vuelta casi en el aire, girando sobre sus talones, y encontrándose de bruces con el árbolo de navidad. Se abrazó a él, pero las agujas del pino le entraron enla boca, la nariz y los ojos, dejándole completamente ciego. Comenzó entonces una especie de baile de salón enloquecido en el que hombre y pino, giraban al unísono como una peonza. El cable de las lucecitas se tensó y ambos fueron a parar al suelo.
Fue en ese preciso instante cuando se produjo el cortocircuito que mató a Adelino.
Pero este provocó a su vez un incendio en el que murieron dos vecinos por inhalación de monóxido; y otros cinco debieron ser hospitalizadas de diversa consideración.
En definitiva. No hay que tomarse muy en serio las estadísticas.